QUÉ ESTÁ EN RIESGO
Piénselo por un segundo desde el asiento del conductor. Cuando las cosas se desmadran en el autobús -niños gritando, corriendo de un lado para otro, incluso un constante jugueteo- es muy difícil mantener la vista en la carretera y concentrarse en conducir con seguridad. Esa fracción de segundo de distracción puede ser el momento en que ocurra algo inesperado y, de repente, te encuentres en una situación peligrosa. No se trata sólo de evitar un accidente en ese momento; lidiar con ese tipo de caos día tras día es muy estresante para los conductores. Les dificulta hacer bien su trabajo y puede desgastarles mucho. Además, si las cosas están fuera de control, es más difícil mantener a todos a salvo en general, y si algo malo sucede, hace que sea mucho más difícil para el conductor manejarlo. Básicamente, un autobús tranquilo significa un viaje más seguro para todos, y un conductor menos estresado que puede centrarse en llevar a todos a la escuela y a casa de forma segura.
CUÁL ES EL PELIGRO
El conductor de autobús escolar tiene uno de los trabajos más importantes: llevar y traer a los niños al colegio de forma segura. Pero imagínate intentar concentrarte en la carretera, vigilar el tráfico y controlar a docenas de estudiantes llenos de energía que van detrás de ti. Cuando las cosas se ponen ruidosas o perturbadoras ahí detrás, es como intentar escuchar el GPS con la radio a todo volumen. Ahí es donde empieza el verdadero peligro
Ojos Fuera de la Carretera, Problemas Delante
Piénsalo – el conductor está tratando de mantener un autobús lleno de niños a salvo mientras también lidia con el ruido y el movimiento en la parte trasera. Es una receta para la distracción. Incluso una rápida mirada de soslayo puede hacer que se pierda la visión de un coche que se detiene de repente o de un niño que se lanza a la carretera. Esto aumenta seriamente las posibilidades de accidente, y pone en peligro a todos los que viajan a bordo y alrededor del autobús.
Las Cosas Pueden Salirse De Control Rápidamente
A menudo empieza con algo pequeño, tal vez alguna charla o alguien fuera de su asiento. Pero eso puede convertirse rápidamente en algo más serio, como que los niños se peleen o tiren cosas. Esto no sólo desvía la atención del conductor, sino que puede perjudicar directamente a los niños implicados. Y si hay una emergencia, como que alguien necesite ayuda o que el autobús tenga un problema, todo ese caos hace que sea mucho más difícil para el conductor averiguar qué está pasando y conseguir ayuda rápidamente.
Difícil de ver, conductor cansado, negocio arriesgado
A veces, cuando los niños están de pie o se mueven, pueden llegar a bloquear la visión del conductor en los retrovisores. Esto hace que sea difícil ver lo que ocurre alrededor del autobús, especialmente al cambiar de carril o girar. Además, seamos honestos, lidiar con un autobús ruidoso todo el día es agotador para el conductor. Un conductor cansado es más propenso a cometer errores. Y a veces, si las cosas suelen ser un poco caóticas, los conductores pueden no estar tan alerta como deberían, lo que significa que pueden no reaccionar tan rápido si ocurre algo realmente peligroso.
COMO PROTEGERSE
Manejar y Detener el Comportamiento Disruptivo de los Alumnos a Bordo
Protegerse a uno mismo como conductor de autobús escolar cuando se enfrenta a un comportamiento desafiante de los alumnos requiere una combinación de estrategias proactivas, técnicas de intervención inmediata y saber cuándo y cómo buscar más apoyo.
Estrategias Proactivas para Prevenir la Escalada
- Comienza cada viaje con una actitud tranquila y positiva. Un saludo amistoso puede crear una atmósfera más cooperativa.
- Recuerda brevemente a los alumnos las normas del autobús, especialmente después de los descansos o los cambios de rutina. La coherencia refuerza las expectativas.
- Responda con prontitud y calma a los pequeños comportamientos indebidos antes de que se agraven. Un simple recordatorio verbal puede ser eficaz.
- A veces, una mirada, un gesto o acercarse al alumno conflictivo puede bastar para reconducir su comportamiento sin necesidad de agravar la situación verbalmente.
- Reconoce y elogia a los alumnos que siguen las normas. Esto puede animar a los demás a hacer lo mismo.
Técnicas de Intervención Inmediata
- Su reacción marca la pauta. Mantenga la calma, aunque los alumnos estén agitados. Evite gritar o levantar la voz, ya que esto puede agravar la situación. Aborde el comportamiento específico que desea detener. Explique claramente la norma que se está infringiendo y el comportamiento que se espera de él. Por ejemplo: “Michael, la norma es permanecer sentado. Por favor, siéntate ahora”.
- Si surge un conflicto entre alumnos, y es seguro hacerlo mientras el autobús está parado, puedes pedirles que se cambien de asiento.
- Puedes reconocer la frustración o el enfado de un alumno sin aprobar su comportamiento. Por ejemplo: “Entiendo que estés enfadado, pero no está permitido tirar cosas en el autobús”.
- Muchos distritos proporcionan a los conductores guiones específicos o pasos a seguir para abordar problemas de comportamiento comunes. Familiarícese con ellos.
Saber Cuándo y Cómo Buscar Apoyo
De acuerdo, saber cuándo las cosas se nos están yendo de las manos es clave. Si no te sientes seguro al volante por lo que está ocurriendo, no dudes en usar la radio para pedir ayuda: para eso está. Si la situación es caótica, detente en un lugar seguro y ocúpate de la situación o espera refuerzos. En los casos más graves, como las peleas, asegúrate de que sabes lo que tu centro de enseñanza quiere que hagas, lo que puede significar llamar a la policía. Y si te enfrentas al mismo comportamiento una y otra vez, no tengas reparos en decírselo a tu jefe o al centro de estudios: ellos pueden ayudarte a elaborar un plan. Básicamente, si necesitas ayuda, pídela. Tu seguridad y la de los niños son la máxima prioridad.
CONCLUSIÓN
Seamos realistas: un viaje en autobús tranquilo y seguro no depende sólo del conductor. Hace falta que todos pongan de su parte. Un poco de respeto y orden ayuda mucho sobre esas ruedas.