Hay muchos peligros en nuestros lugares de trabajo que pueden causar grandes daños si se exponen a ellos. Aunque a menudo se piensa que los nuevos empleados de una empresa, que pueden no entender los peligros del trabajo, son los que corren más riesgo de sufrir lesiones, también se puede argumentar a favor de aquellos empleados con experiencia que se han vuelto complacientes con los peligros de su trabajo. Una cuestión a tener en cuenta: ¿Qué es más peligroso: los peligros que reconocemos o los que no reconocemos?
CUÁL ES EL PELIGRO
PELIGROS NO RECONOCIDOS
Es habitual que cuando alguien lleva muchos años trabajando en el mismo puesto, se vuelva complaciente. Esto no siempre es a propósito, sino que puede ocurrir sin que uno se dé cuenta. Por la seguridad de todos los que trabajan, es vital que se mantenga al tanto de los peligros que pueden ocurrir. No importa el tiempo que un empleado lleve en el trabajo, todos los peligros deben ser atendidos.
PELIGROS DE SER COMPLACIENTE CON LOS PELIGROS RECONOCIDOS
Una vez que se ha asistido una y otra vez a la formación en materia de seguridad, ésta pierde eficacia en el empleado. Los empleados que llevan mucho tiempo en el puesto se sienten cómodos con los riesgos que posee su trabajo.
Las lesiones y las muertes son dos de los principales peligros que pueden ocurrir. Cuando se trabaja en estas condiciones peligrosas sin repercusiones, empieza a no afectarle de la misma manera. Cuando el tiempo apremia, se pueden recortar las esquinas. Sólo hace falta una vez para que esa condición peligrosa no funcione.
COMO PROTEGERSE
TRES PASOS PARA LA IDENTIFICACIÓN DE PELIGROS
1. Identificación de los procesos: Para identificar los peligros, primero hay que examinar detenidamente todos los procesos de su lugar de trabajo. Algunos ejemplos de procesos son:
limpieza
mantenimiento
trabajo de oficina
pintura
soldadura
manejo de montacargas
instalaciones de producción
embalaje
seguridad
2. Identificación de tareas: El segundo paso consiste en enumerar todas las tareas que se realizan en cada proceso. Por ejemplo, estas son algunas de las tareas que suele realizar el personal de mantenimiento:
instalaciones y reparaciones eléctricas
reparaciones mecánicas y mantenimiento preventivo
mantenimiento del terreno y retirada de la nieve
mantenimiento de edificios
C.A.H.
mantenimiento
3. Reconocer los peligros de la tarea:
El tercer paso consiste en reconocer los peligros de cada tarea.
Estos peligros incluyen los siguientes
Personas
Equipo
Material
Entorno
Procesos
CONTROL DE LOS PELIGROS
Una vez identificados y evaluados los peligros, el siguiente paso es determinar la eficacia de los controles existentes e identificar las mejoras necesarias.
Existen clasificaciones básicas de los controles de los peligros:
1. Los controles de ingeniería podrían incluir:
eliminación
aislamiento
sustitución
automatización
protección y rediseño de la máquina
2. Los controles administrativos podrían incluir:
procedimientos operativos estándar
formación y educación
inspecciones e investigaciones
prácticas de trabajo
rotación de puestos de trabajo
disciplina progresiva
supervisión competente
3. El equipo de protección personal podría incluir
casco y botas de trabajo
guantes, protectores de mangas, delantales y monos de trabajo
respiradores o máscaras quirúrgicas
protección auditiva
gafas de seguridad, gafas para productos químicos y protectores contra salpicaduras
ropa aislante o transpirable
ropa de trabajo
CONCLUSIÓN
Es necesario ser capaz de reconocer los peligros de su trabajo; a partir de ahí puede tomar medidas para protegerse a si mismo y a los compañeros que lo rodean. También es importante darse cuenta de que ser capaz de identificar los peligros no significa que ahora pueda tomar atajos durante su trabajo. Algunos trabajadores experimentados pueden pensar que, como entienden el peligro y han trabajado en torno a él durante mucho tiempo, no tienen que ser tan precavidos ni tomar todas las medidas necesarias para trabajar con seguridad en torno a ese peligro concreto. La complacencia hacia los peligros reconocidos puede ser tan o más peligrosa que los peligros que no se reconocen.