Un trabajador agrícola de 16 años de edad (la víctima) murió en una empacadora de algodón después de cubrirse con una carga de algodón. Antes del incidente, la víctima había estado viajando con un compañero de trabajo que manejaba una recolectora de algodón. Cuando la cosechadora estaba casi llena de algodón, el operador de la cosechadora se detuvo y le dijo a la víctima que se acercara a la máquina empacadora de algodón y se preparara para empacar la carga mientras él terminaba de recoger. Aproximadamente 30 minutos más tarde, el operador de la recolectora condujo la recolectora de 240 caballos de fuerza completamente cargada hasta la máquina empacadora. Cuando llegó a la empaquetadora de algodón, se dio cuenta de que el tractor que la accionaba no estaba en marcha y sus luces no estaban encendidas. No vio a la víctima pero, pensando que ésta se había dirigido a su camión para coger tabaco, condujo el recogedor por el lado de la empaquetadora de algodón y vertió la carga en ella. Después de tirar la carga, él y el propietario de la granja, que había vuelto a la zona de empaquetado después de cortar los tallos, se preocuparon cuando la víctima no volvió a la empaquetadora de algodón. Empezaron a buscarlo y, al no poder localizarlo, decidieron utilizar el tractor para tirar de la empacadora de algodón hacia delante con el fin de dejar al descubierto la pila de algodón que había en su interior. Encontraron a la víctima enterrada en algodón suelto dentro de la pila de algodón y la sacaron. Comprobaron que no tenía pulso y que no estaba consciente ni respiraba. Aproximadamente a las 10:30 p.m., el propietario de la granja corrió hacia un camión de trabajo estacionado en las cercanías y utilizó un teléfono móvil para llamar al 911. El compañero de trabajo inició la reanimación cardiopulmonar (RCP). Los agentes de policía llegaron en unos 10 minutos y se hicieron cargo de las labores de reanimación. Los servicios de emergencia llegaron aproximadamente 20 minutos después de la llamada al 911 y trasladaron a la víctima a un hospital local, donde fue declarada muerta, aproximadamente 2 horas después del incidente.

Los investigadores del NIOSH concluyeron que, para ayudar a prevenir sucesos similares, los empresarios deberían

• Desarrollar, implantar y hacer cumplir una política que prohíba a los trabajadores entrar en la caja de las máquinas empaquetadoras de algodón y que exija una inspección visual de la caja y el uso de un sistema de señalización acordado antes de verter el algodón en la caja.
• Desarrollar, aplicar y hacer cumplir un programa de seguridad integral para todos los trabajadores que incluya, entre otras cosas, formación en materia de identificación, evitación y reducción de riesgos.