El pasillo de la imagen está lleno de papeles, escombros y adornos sueltos, lo que crea múltiples peligros. Los objetos esparcidos por el suelo plantean riesgos de resbalones, tropiezos y caídas, especialmente en zonas de mucho tránsito donde los alumnos y el personal se mueven con rapidez. Los carteles rotos y los adornos que cuelgan sueltos de taquillas y techos también pueden distraer a los alumnos o contribuir al riesgo de incendio. Esta falta de limpieza y orden socava los protocolos de seguridad y los procedimientos de evacuación de emergencia.
Los pasillos y las zonas comunes de la escuela deben mantenerse limpios, despejados y en buen estado en todo momento. Las rutinas diarias de limpieza deben incluir la comprobación y eliminación de obstrucciones, especialmente en los pasillos y salidas. Todos los adornos deben estar bien sujetos y cumplir las normas contra incendios. Las escuelas deben promover la responsabilidad compartida en materia de limpieza, implicando a los alumnos en las iniciativas de limpieza y asegurándose de que el personal de limpieza recibe el apoyo adecuado para mantener un entorno seguro y libre de desorden.