En la imagen se ve a un conductor de autobús escolar fumando cerca de la estación de servicio, lo que supone un importante riesgo para la seguridad. Fumar o tener una llama abierta cerca de los surtidores o depósitos de combustible es muy peligroso, ya que los vapores de la gasolina son extremadamente inflamables y pueden encenderse con una pequeña chispa. Además, el conductor parece estar relajado y no ser consciente del riesgo potencial, lo que pone de manifiesto un incumplimiento de los protocolos de seguridad fundamentales. Este comportamiento no sólo pone en peligro al conductor, sino también al entorno y a las personas que se encuentran cerca.
Para garantizar la seguridad en el repostaje, es esencial prohibir fumar o el uso de cualquier fuente de ignición en las proximidades de una estación de servicio. Los conductores deben ser educados sobre los riesgos asociados a los humos de la gasolina y seguir estrictamente la señalización de «Prohibido fumar». Antes de repostar, apague el motor, asegúrese de que no se utilizan dispositivos electrónicos cerca del surtidor y mantenga una conexión a tierra adecuada para evitar la acumulación de electricidad estática. La creación de una cultura centrada en la seguridad y el cumplimiento de los protocolos establecidos reducirán significativamente el riesgo de incendios o explosiones durante las operaciones de repostaje.