Agricultor con enfermedad de Lyme: ‘Mi carga de trabajo tuvo que reducirse a la mitad’
Un granjero cuya vida cambió para siempre cuando le picó una garrapata que le hizo contraer la enfermedad de Lyme ha advertido a la comunidad agrícola de que son los más vulnerables a padecer la peligrosa infección.
Edwin Symes, que cría 120 reses y 400 ovejas en las afueras de la ciudad de Wicklow, cuenta que en 2014 le picó una garrapata en una plantación forestal de su propiedad en Scartaglen, en el condado de Kerry, y que los efectos secundarios de la enfermedad hicieron mella en su organismo de inmediato.
Caso 2:
Un hombre se dedica a la agricultura tras serle diagnosticada la enfermedad de Lyme.
Mientras los casos de enfermedad de Lyme siguen aumentando en Ontario, un hombre es la prueba viviente de que un diagnóstico no significa que uno no pueda vivir una vida plena.
Steve Lawrence se enfrentó a la enfermedad cambiando drásticamente su estilo de vida y dejando atrás su antiguo trabajo en la construcción, tras lo cual decidió comprar una granja.
Lawrence enfermó en 2010 y luchó contra diferentes problemas de salud que iban desde una visión deficiente y borrosa hasta pérdida de memoria y dificultad para respirar y agotamiento.
“Te quejas constantemente de que estás enfermo”, dice Lawrence. “Mientras la gente te mira como si todo estuviera en tu cabeza”.
Lawrence, cazador de toda la vida, cree que contrajo la enfermedad de Lyme tras ser picado por una garrapata en el bosque, ya que recuerda que le picó en el hombro trasero, lo que le dejó una erupción en forma de ojo de buey.
Aun así, no le diagnosticaron la enfermedad de Lyme, sino que trataron sus síntomas por separado.
“Nadie se fijó en la causa de mi pérdida de visión o de mi agotamiento”, explica. “Se habían limitado a echarle la culpa a mi estilo de vida y a decir que había trabajado demasiado y que eso era lo que lo causaba”.
Por casualidad, Lawrence fue una tarde al Oshawa Gun Club a disparar. De hecho, el club estaba cerrado para recaudar fondos para la enfermedad de Lyme, lo que resultó ser un punto de inflexión en su recuperación.
“Dije que no tenía ni idea de lo que era la enfermedad de Lyme, y me dieron el folleto y lo miré y miré los síntomas y, básicamente, bajé por la lista y marqué todas las casillas y dije: ‘Este soy yo'”.
El diagnóstico no tardó en llegar. Lawrence, que necesitaba centrarse en su dieta, decidió dejar de ir al supermercado y en su lugar compró una granja cerca de Clarington, Ontario, y empezó a criar su propio ganado y a cultivar sus propios alimentos.
“Para recuperarse de la enfermedad de Lyme, hay que comer limpio, sin pesticidas, y saber de dónde proceden los alimentos”, explica.
Ahora es un maestro apicultor, sus productos derivados de la miel están ganando premios, y su esposa Patricia se alegra de ver a su marido, feliz y sano de nuevo.