1. Las sustancias químicas pueden ser tóxicas, explosivas, inflamables y corrosivas. Entrar en contacto con estas sustancias puede provocar reacciones adversas y problemas de salud. La exposición puede producirse de las tres maneras siguientes:
Inhalación
Absorción cutánea
Ingestión
2. En los derrames de cloro, las víctimas expuestas pueden sufrir lesiones o irritación en la nariz, los ojos, la garganta y los pulmones.
3. Los vertidos químicos de una forma u otra son casi inevitables. Dada su probabilidad, lo importante es cómo prevenir y reaccionar. Esto implica disponer de las herramientas y los conocimientos adecuados para limpiar el desastre.
4. Cuando se produce un vertido con materiales peligrosos, cualquier derrame se consideraría un “vertido de emergencia”, que la OSHA define como:
Uno en el que hay altos niveles de ingredientes o sustancias tóxicas o potencialmente dañinas que podrían lesionar a los trabajadores si se expusieran.
Podría provocar un incendio o una explosión.
Afecta de forma significativa o peligrosa a la calidad del aire interior o crea una deficiencia de oxígeno en las instalaciones.
Obliga a los trabajadores a evacuar la zona.
5. Dependiendo del tipo de sustancia química a la que alguien haya estado expuesto, puede tener los siguientes efectos:
Quemaduras o irritación de la boca, la piel, los pulmones, los ojos, la nariz o la garganta.
Dolor torácico, Daños en los órganos respiratorios, Ceguera, Muerte.
ESTADÍSTICAS
La Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo (OSHA) publicó datos relativos a las lesiones por sustancias químicas en el lugar de trabajo. Los datos sugieren que se produjeron 14.024 lesiones químicas laborales mortales y no mortales.
En los últimos cinco años se han producido en Estados Unidos al menos 6.928 accidentes relacionados con sustancias químicas tóxicas, que han causado la muerte a más de 135 personas y heridas a casi 1.500, según un informe gubernamental aún no publicado.
Dos millones de personas murieron por exposición a sustancias químicas peligrosas en 2019, frente a 1,56 millones en 2016, según el organismo mundial de salud.
Según la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), muchos de los 14.000 vertidos de petróleo que se registran cada año en Canadá están causados por actividades industriales derivadas de la rotura de tanques de almacenamiento, fugas en oleoductos y accidentes en el transporte de petróleo.
En Ontario se producen unos 8.000 vertidos al año, algunos de los cuales causan lesiones a los trabajadores, matan a la fauna y contaminan el aire, la tierra y el agua.